Hoy vuelven a mi memoria aquellos recuerdos de joven adolescente en Palestra San Antonio. Corría el año 89, cursaba 5º año, era nuevo en el barrio (muy pocos conocidos y amigos) y todos los sábados por la tarde, desde mi casa observaba a jóvenes de mi edad que entraban en un viejo salón de la capilla y los escuchaba cantar.
Cierto sábado observando mucho más, veo entrar a una compañera de primaria y secundaria la "Loly" y esperé hasta el lunes para preguntarle en el colegio que hacían en la Iglesia y me contó tantas cosas que despertó mi curiosidad y el próximo sábado estaban Loly y un grupo de chicas en la puerta de casa para llevarme a mi primera reunión de Palestra en San Antonio.
Tantos recuerdos hermosos, charlas, convivencias, juntadas, trabajos; alentados siempre por una persona que contagiaba alegría, fortaleza... el era nuestro querido Padre Salustiano (qepd), y con el correr de los meses me fuí enamorando de éste nuestro querido Movimiento, donde fuí aprendiendo que debo estar "De la mano Con Jesús y María" (éste era el nombre de nuestro grupo) y era feliz, era protagonista, era distinto (yo), me enamoré, se desarmó el grupo, me alejé... me perdí... días, meses, años, años de años.
Me casé con Adriana, de quien me enamoré en Palestra, tuvimos hijos y... Dios no estaba presente (porque no lo tenía presente). CLICK!!!!! Tata Dios sí estaba!!!!!, me llamó, me eligió para dar ese giro tan necesario en mi vida y para ser mejor en todo sentido, de reencontrarme cara a cara con Él a través de instrumentos llamados Julieta y Ojito (amigos de tantos años) y así después de llenar de "Colores" mi corazón y mi alma, mi Plan de Vida continuaba con otra caricia, la de reencontrarme con ese Xto Joven como en el año 90. Me amaba tanto, pero tanto que me llenó de regalos , si hasta cambió mi bici vieja Nº 27 por una mucho más nueva Nº 60 y todo tenía un fin; ir a trabajar en San Antonio, el Señor necesitaba más obreros en la mies.
Y así llegué acompañado de mi Adri y de mis hijos a ésta hermosa Comunidad de San Antonio, donde conocí a mis primeros hijos adoptivos que le ponían el pecho a ésta gran aventura de mostrar y enseñar a todo el mundo que con Xto todo se puede y así empezamos 5...6...7...10... y más y más chicos que se contagiaban al cantar nuestro querido himno y así nuestra comunidad se fué consolidando y dando muestras de ansias de trabajo, de compromiso, de servicio.
Hoy me siento feliz... (dice una canción) porque encontré mi lugar, encontré la felicidad; pero por sobre todas las cosas encontré a Dios que llenó y rebalsó tantos años vacíos de mi vida. Por tu intermedio Señor permíteme seguir trabajando para Tí en San Antonio; o llévame donde quieras porque para un apóstol ya no hay fronteras.... O bella chao!!!!!!!!!!!!!!!!! MOPRI.
miércoles, 28 de octubre de 2009
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